Cuando tenía 14 años me enamoré perdidamente de un chico de mi escuela, y él se enamoró de mí!
Para mí esto era algo increíble, pues él era todo lo que una chica deseaba, apuesto, lleno de vida, creativo…para mí era la persona perfecta.
Nos hicimos novios y teníamos uno de esos amores escolares llenos de coqueteos, risas y complicidad. ¡Estábamos muy enamorados y lo estuvimos tanto tiempo!
Una vez terminamos nuestros estudios él salió de nuestra pequeña ciudad a estudiar y yo me quedé en la ciudad con mi familia, estudiando en la universidad igualmente. Nos veíamos cada vez que él podía venir a visitar a su madre, y seguíamos igual de enamorados.
Cuando terminamos nuestros estudios el regresó a la ciudad y consiguió un trabajo acá para estar conmigo, y obviamente yo estaba encantada con la idea.
Seguíamos de novios, pero un día muy esperado llegó para mí…
Él me propuso matrimonio…y desde ese día estábamos comprometidos!
Estábamos esperando hasta tener el dinero suficiente para comprarnos una linda casa, por lo que el compromiso se hizo muy largo!
Así pasaron los años y el ya llevaba 5 años trabajando en la misma empresa, y ambos sentíamos que la relación no era la misma, a pesar de seguir comprometidos. Y pasó lo que nunca quise que pasara…
Él conoció a otra mujer, y se empezó a enamorar de ella…y ella se empezó a enamorar de él.
🙁 Nunca Creí Que Yo Fuera A Sufrir Por Amor 🙁
Luego de un tiempo, el me confesó que se había enamorado y me dijo que nunca había pasado nada con ella…hoy sé que eso no fue cierto
Le pregunté qué deseaba hacer, y él me dijo que quería poner todo de sí para que nosotros siguiéramos juntos
Yo decidí perdonarlo y continuar como si no hubiera pasado nada… ¡y así pasaron 2 años!
Hoy sé que hubiera sido mejor y más sano para ambos haber terminado ahí mismo.
Esos dos años fueron los más difíciles en nuestra relación, pues a pesar de que dije haber superado el problema con la otra mujer, el rencor, el odio y el resentimiento fueron creciendo cada día, desconfiaba de todo, nunca estaba tranquila…
Y él y yo nos agotamos emocionalmente…estábamos discutiendo por cosas sin sentido, pero esto tenía un trasfondo bien sembrado…Su infidelidad siempre se me venía a la cabeza
En una noche en la que tuvimos una pelea en mi casa, él salió con esa chica, y habló con ella…
No pasó nada entre ellos esa noche, pero él se dio cuenta que sentía cosas por ella…
Al día siguiente su culpa era tan grande que me lo confesó todo…me dijo que ya no me quería y que lo nuestro no podía seguir pues la quería a ella.
¡Yo me quería morir! ¡Luego de 12 años de relación me dejó con el anillo de compromiso puesto!
¡No sabía que hacer! ¡Sentía que mi vida se estaba acabando!
Entré en una etapa de negación, en la que decidí ignorar mis sentimientos y hacer de cuenta que nada había pasado…enterré todo aquello que sentía por dos meses
Un día en el trabajo tuve una discusión con una compañera, y en un momento ¡exploté!
Le grité, la insulté y lo único que pude hacer fue irme al baño y llorar…
Lloraba como nunca antes…tenía ganas de gritar, de golpear las paredes, de quedarme acostada en el piso, de halarme el cabello…
No sabía que me sucedía…sólo sabía que me sentía vacía, que mi corazón me dolía, ¡físicamente me dolía!
¡No sabía que uno podía sentir en realidad el corazón roto!
Le pedí perdón a mi compañera de trabajo y me fui a casa…
En casa me sentía tan triste, tan desolada, que sólo quería acostarme en mi cama y cerrar los ojos. No tenía ganas de cenar…
Sabía que tenía muchos periodos de descanso que no había tomado en mi trabajo, así que al día siguiente le dije a mi jefe que iba a tomar mis vacaciones.
Estaba en casa, sola, con la TV apagada y sin ninguna motivación en mi vida…hasta ahora estaba empezando a asimilar el rompimiento
Mis 20 días de descanso fueron una tortura para mi…no comía, dormía en el día y lloraba toda la noche. ¡En ese punto, no sabía cómo iba a continuar con mi vida…no tenía ganas de respirar!
En esos días parecía como si la vida se hubiera esfumado de mi cuerpo
Volví al trabajo y estuve como un ente por meses…Sólo hacía lo necesario, me despertaba, iba al trabajo, trabajaba, regresaba a casa e intentaba dormir entre lágrimas.
Pasó más de un año y sentía que mi vida no era la misma, que todo lo que siempre conocí era una ilusión, un espejismo de mi vida con ese hombre a mi lado…
Un día casualmente me encontré con una amiga de la escuela, quien me invitó a tomar un café…acepté la invitación pues hacía tanto que no la veía que quería saber qué era de su vida
Ella también rompió con su novio de la escuela, pero mucho antes que nosotros. Estuvieron juntos por 7 años y ella lo engañó.
Me enojé con ella, pero no le dije nada. Le conté mi historia y ella me miró con algo de zozobra en sus ojos y me dijo que sabía que yo estaba algo molesta con ella por haber engañado a su novio, pues yo me sentía identificada con la persona engañada.
Acepté que era así y me dijo que hasta que escuchó mi historia, había logrado comprender todo el daño que ella le había causado a su ex. Y en ese momento logré entender un poco a mi ex.
Le dije que yo aún no lo superaba pues sabía que yo no era nada sin ese hombre a mi lado, que a pesar de que ya no lo quería, sentía que una parte de mi vida se había ido…
Abrió su boca para darme la mayor de las lecciones que hasta hoy recibí. Me dijo:
“¡Una Relación NO te Define como Persona!”
“Recuerdo cómo cuando tu tía murió tú lograste superarlo siendo tan joven y ayudaste a tus hermanos a superarlo. Esto no puede ser peor que la muerte de tu tía, así que lo único que debes hacer es ¡superar esto con igual o mayor fuerza!”
¡Esto me abrió los ojos! Me recordó esa triste época que pasamos en familia…y también me trajo muchos recuerdos sobre lo que sentía en esa época
Me acordé de un pequeño libro infantil que mi madre me leía sobre un ave que fallecía. En este libro se enseñaba a niños como superar todas las etapas del duelo…
La idea quedó en mi cabeza por unos días y busqué el libro en casa…lo encontré y me di cuenta que su mensaje a pesar de ser para niños pequeños, era muy poderoso!
Tan poderoso que decidí empezar a estudiar a profundidad sobre el duelo y pasar todo esto al plano de las relaciones amorosas…
Todo el resultado de mi investigación fue la mejor terapia para superar el rompimiento, redescubrirme y volver a ser una persona plena y alegre.
Duré mucho tiempo llevando todo lo que aprendí al papel, esto para organizar mis ideas y poder darle un orden lógico a todo lo que había descubierto.
Y luego de meses pude ver mi libro terminado. Fue la mayor satisfacción que había tenido en tantos años luego de haberme sentido destruida y deprimida por mi relación fallida.
Al terminar de leer pude ver que mi vida estaba más que bien, que mi corazón y mi mente estaban sanos y que todo a mi alrededor estaba en orden… ¡Por fin había sanado!
Me di cuenta que esto podía llevarlo a otros que estuvieran en la misma situación que yo había estado…que todas las rupturas se superan, pero que con este libro que yo había escrito las personas podrían sanar más rápido y de una forma más completa!
¡Supe que, gracias a esta investigación, los rompimientos amorosos podrían ser superados más eficazmente y en menor tiempo!
Vi que con mis consejos quienes tuvieran el corazón roto podrían pasar directamente por los pasos sin cometer error tras error, mejorar su estado de ánimo en poco tiempo y volverse a sentir bien con ellos mismos tan rápido que iba a ser muy sencillo superar aquellas relaciones dolorosas.
Esto no es algo que simplemente estés leyendo sin razón.
Quiero compartirte algo de lo que encontré y que pude ver a fondo en mi método:
- En una relación amorosa se logra establecer una conexión fisiológica, por lo que en el momento de un rompimiento cosas como el apetito, la temperatura de tu cuerpo y hasta tu ritmo cardiaco se ven afectados.
- En situaciones normales, para recuperarse de un rompimiento, una persona puede necesitar de entre 3 y 18 meses, aunque se ha sabido de casos que llevan más de 26 meses.
- El autocompadecimiento es la peor situación en la que puedes caer.
- El acceso a la información en la actualidad hace más difícil el proceso de superación.
- Un rompimiento afecta de forma física, social y mentalmente a una persona.
¿Recuerdas ese listado larguísimo de emociones que experimentas cuando estás frente a un rompimiento? Estrés, ansiedad, tristeza, depresión, enojo…
La buena noticia es que